Cuadro. Anciana Caminando...

Pintando la realidad del pueblo nicaraguanse:

Seducción delirante

Ebrio deseo percibe la seducción de un romance,
rugen ansias soberbias en pequeños murmullos
y un cortejo de nubes augura el enamoramiento.

Par de octogenarios sobrios reinventan amoríos,
imperturbables al juicio de la moral y la herejía,
retroceden sus memorias y en un beso se jactan
de ser necios y sentir y dejar correr la quemazón,
y los temblores que la juventud de hoy desprecia.

Con prudencia nocturna de cataclismos,
siento extenderse la envidia del sacrilegio perturbado,
por el ímpetu resuello de temblores imposibles
creyeron con su modestia que la carne olvida.

Surgen augurios de resarcimiento para el amor,
una colosal fuerza ampara con rigor el amorío.